Un vínculo entrañable más allá de las especies: un elefante huérfano y un avestruz rescatado, ambos perdidos y solos, encontraron consuelo en la compañía del otro — demostrando que la verdadera amistad no entiende de formas, tamaños ni especies.

Todos sabemos que los lazos de la amistad verdadera trascienden cualquier diferencia. Pero cuando la organización David Sheldrick Wildlife Trust (DSWT) rescató a un elefantito llamado Jotto, nadie imaginó que terminaría forjando una amistad inseparable con un avestruz.

Después de caer en un pozo y quedar separado de su manada, el pequeño elefante de apenas un mes fue rescatado y trasladado a un orfanato de elefantes en Kenia, donde recibiría cuidados hasta estar listo para regresar a la naturaleza. Fue allí donde formó un lazo conmovedor con una avestruz llamada Pea.

Durante una misión de rescate para salvar a un bebé elefante, el personal del orfanato también encontró a Pea y a su hermano avestruz, Pod, en una situación ⱱᴜɩпeгаЬɩe. Al ver su necesidad, el equipo decidió llevar a ambos al refugio junto al elefantito rescatado.

Pod logró reintegrarse a la vida salvaje y hoy vive con otros avestruces en su hábitat natural. Pea, en cambio, eligió quedarse en el orfanato, rodeada de elefantes, donde encontró un lugar al que pertenecer. Todo indica que ha formado un vínculo profundo con la manada y se considera una más entre ellos.

Desde el primer encuentro entre Jotto y Pea, su conexión fue evidente: se acurrucaban juntos y se demostraban cariño constantemente. Pea, con su naturaleza dulce y maternal, se convirtió en un consuelo para el joven elefante, aportando a su recuperación emocional. La alegría de Jotto eга palpable cada vez que compartía estos momentos de ternura con su compañeга emplumada.

En una actualización reciente, DSWT compartió:
“Sin duda alguna, la avestruz huérfana Pea se siente parte integral de la manada de elefantes, y el pequeño Jotto está encantado de compartir abrazos con su amiga alada. Estas escenas tan entrañables ocurren en el vivero de Nairobi, donde no solo estos dos huérfanos, sino muchos más, reciben la oportunidad de sanar y, con el tiempo, volver a su hogar en la naturaleza.”